El síndrome (enfermedad) de Tourette es un trastorno del sistema nervioso central (cerebro) que se manifiesta como tics motores y / o vocales involuntarios (espasmos).
Por lo general, el síndrome de Tourette se presenta en niños y adolescentes menores de 20 años. A pesar de que la enfermedad tiene 4 veces más probabilidades de ser diagnosticada en los niños, las manifestaciones del síndrome de Tourette en las niñas aparecen antes.
No hace mucho tiempo, la enfermedad de Tourette se consideraba una patología rara, pero hoy se ha establecido que esta enfermedad se presenta en el 0.05% de los casos entre 10,000 niños.
El grado del síndrome
Los tics son movimientos y expresiones repetitivos, repetitivos e involuntarios. En este sentido, se distinguen los tics motores y los tics sonoros. Según la duración de los tics, se distinguen los tics transitorios y crónicos, respectivamente, que duran de 4 a 12 meses o más de un año.
También hay 4 grados de gravedad del síndrome de Tourette:
- Grado fácil. Las manifestaciones externas (tics) son prácticamente invisibles, los pacientes pueden controlarlas en la sociedad. Los síntomas pueden estar ausentes por un período corto de tiempo.
- Grado moderadamente pronunciado. Los tics vocales y motores se notan, la posibilidad de autocontrol permanece. No hay período sin manifestaciones.
- Grado pronunciado. Los tics son pronunciados, los pacientes los controlan en sociedad con gran dificultad.
- Grado severo. Manifestaciones pronunciadas del síndrome de Tourette, falta de capacidad de autocontrol.
Causas
No se han establecido las causas exactas del síndrome de Tourette. Se supone que la enfermedad tiene una predisposición genética y está asociada con una violación. el intercambio de neurotransmisores (sustancias que se comunican entre las células nerviosas), en particular dopamina.
Además, no se excluye el impacto de una ecología deficiente en las primeras etapas del embarazo, lo que conduce a anomalías genéticas.
En algunos casos, el síndrome de Tourette se desarrolla como resultado de tomar medicamentos (antipsicóticos).
Además, los factores infecciosos (proceso autoinmune posestreptocócico) y las enfermedades autoinmunes afectan el curso y la gravedad de la enfermedad.
Síntomas de la enfermedad de Tourette
La principal manifestación del síndrome de Tourette son los tics motores y vocales, que aparecen por primera vez en niños de 2 a 5 años. A su vez, las garrapatas pueden ser simples o complejas.
Tics motores
Los tics motores simples no duran mucho y los realiza un grupo de músculos. Puede ser un parpadeo frecuente involuntario, olfatear, meter los labios en un tubo, la aparición de muecas, encogerse de hombros, temblar las manos, rascarse, fruncir el ceño, mover la cabeza, hacer clic en los dientes y otro.
Los tics motores difíciles incluyen saltar, tocar un objeto o persona o partes de su cuerpo, golpearse la cabeza contra una pared, presión en los globos oculares, un brusco lanzamiento de la pierna hacia adelante, aplausos, morderse los labios hasta la sangre, gestos indecentes, etc. como eso.
Tics vocales
Los tics simples vocales se caracterizan por sonidos repentinos del paciente (ladridos, tos, gruñidos, aullidos, silbidos, retumbos).
Los tics vocales complejos aparecen como palabras o frases completas que no tienen sentido en su esencia. Por ejemplo, cada oración comienza con una frase definida e incomprensible ("está bien, ya sabes, cállate").
Un síntoma característico, pero no obligatorio, del síndrome de Tourette es la coprolalia, el grito repentino de palabras obscenas u ofensivas.
Ecolalia: repetición múltiple de una o más palabras después del interlocutor.
Palilalia es la repetición de las propias palabras o frases.
Además, los tics vocales incluyen un cambio en el tono, el ritmo, el acento y la intensidad del habla, a veces el habla se vuelve muy rápida, lo que es imposible distinguir una palabra.
El síndrome de Tourette puede presentarse en oleadas, con la desaparición o disminución de los síntomas, o de forma constante, cuando no hay periodos de mejoría.
Por lo general, la enfermedad de Tourette comienza a remitir después de la pubertad.
Asimismo, además de los tics motores y vocales en el síndrome de Tourette, existen trastornos del comportamiento y dificultades de aprendizaje, aunque el intelecto en pacientes con esta enfermedad no sufre:
- Síndrome de pensamiento obsesivo-compulsivo. Con este síndrome, el paciente está atormentado por el miedo por la salud de sus seres queridos, el miedo a contraer una infección (lavado frecuente de manos y lavados), un sentimiento de culpa por las desgracias que han vivido los familiares.
- Desorden de déficit de atención. Este síndrome está asociado con una incapacidad para concentrarse, aumento de la actividad y dificultades de aprendizaje.
- Labilidad emocional, agresividad e impulsividad. Se manifiesta por inestabilidad emocional, gritos de amenazas, agresividad, ataques a los demás.
Diagnósticos
El diagnóstico de la enfermedad de Tourette se basa en la recopilación de anamnesis (la presencia de familiares con esta enfermedad), síntomas característicos que ocurren durante un año o más.
En la primera visita de un paciente con síndrome de Tourette, se realiza un examen neurológico, cuyo propósito es excluir daño orgánico al cerebro (tumor). Para ello, el paciente se somete a tomografía computarizada, resonancia magnética nuclear y electroencefalografía. También se examina un análisis de sangre bioquímico para excluir trastornos metabólicos.
El diagnóstico diferencial se realiza con muchas enfermedades (enfermedad de Wilson-Konovalov, corea de Huntington, enfermedad de Parkinson juvenil, corea reumática y otras).
Tratamiento para el síndrome de Tourette
Los pacientes con síndrome de Tourette son tratados por un psiquiatra. Dado que la enfermedad hace su debut en la infancia, un pediatra, un neuropatólogo, un oftalmólogo (según las indicaciones) y un logopeda (con dificultades del habla) participan en el tratamiento.
El tratamiento médico para la enfermedad de Tourette se lleva a cabo teniendo en cuenta los tics, su número y frecuencia.
Los fármacos más utilizados son los antipsicóticos (haloperidol). Sin embargo, debido a los efectos secundarios graves, el haloperidol rara vez se prescribe durante un período corto de tiempo. Los medicamentos antihipertensivos (clonidina y guanfocina) también se usan para tratar los tics (el efecto secundario es la sedación).
El papel principal en el tratamiento del síndrome de Tourette lo desempeña la psicoterapia, tanto con el niño como con sus padres. Es necesario inculcar al paciente una actitud adecuada hacia su estado y la ausencia de deterioro. Utilizan juegos especiales, comunicación terapéutica con animales, descanso físico activo.
Pronóstico
El pronóstico del síndrome de Tourette es favorable de por vida.
En la mayoría de los casos, el síndrome de Tourette desaparece o disminuye después de la pubertad. A pesar de que la enfermedad es de por vida, no se observan trastornos degenerativos del cerebro, por lo tanto, la capacidad mental no se ve afectada.
Con el tiempo, el paciente aprende a controlar sus tics y a comportarse adecuadamente en sociedad.